viernes, 19 de diciembre de 2014

¿Qué es lo que determina la capacidad de los países para diseñar, aprobar y llevar a cabo unas políticas públicas eficaces?

Los procesos de debate, negociación, aprobación e implantación de una política son tan importantes como el contenido especifico de la propia política.

Las políticas son respuestas contingentes a estados subyacentes del mundo. Lo que puede funcionar en un momento dado en un país determinado, puede no hacerlo en otro lugar o en el mismo lugar, pero en otro momento.

Los efectos de las políticas en los resultados finales de tipo económico y social dependen de las acciones y reacciones de los agentes sociales y económicos.

Las políticas públicas para ser efectivas deben tener como mínimo los siguientes rasgos.

  • Estabilidad: hasta qué punto las políticas son estables en el tiempo.
  • Adaptabilidad: hasta que punto pueden ajustarse cuando fallan o cuando cambian las circunstancias.
  • Coherencia y coordinación: en que medida son consientes las políticas con otras relacionadas con ellas, y en que medida son el resultado de una acción bien coordinada entre los actores que participan en su diseño y ejecución.
  • Calidad de su implantación y su fuerza de compulsión: Realidad de ejecución
  • Relevancia pública: En que medida las políticas se orientan hacia el interés público.
  • Eficiencia: En que medida reflejan una asignación de recursos escasos que garantice un rendimiento alto.
Existen grandes conexiones entre la calidad de las políticas públicas y las diversas medidas de bienestar y desarrollo económico.

En entornos donde se coopere para la formulación de políticas públicas estas tenderán a ser de mejor calidad, menos sensibles a las crisis políticas y más adaptables a unas condiciones económicas y sociales cambiantes.

Las condiciones de esta cooperación deberán incluir:

  • La existencia de buenas “tecnologías de agregación”, de manera que el número de actores que tienen un impacto directo en el juego de la formulación de políticas sea relativamente bajo.
  •  La existencia de escenarios bien institucionalizados para el intercambio político.
  • La existencia de actores clave con horizontales a largo plazo.
  •  La existencia de tecnologías de compulsión creíbles que garanticen el cumplimiento de los acuerdos políticos.
Una política pública efectiva requiere actores con horizontes temporales relativamente largos, así como escenarios institucionalizados para el debate, la negociación y la verificación del cumplimiento de los acuerdos políticos y sobre políticas.

En cuanto a las capacidades, un Estado tiene que tener determinadas facultades para realizar ciertas funciones esenciales. Tiene que tener la capacidad de mantener la estabilidad macroeconómica y de garantizar el crecimiento económico; formular promesas creíbles a largo plazo, llevar a cabo y hacer cumplir las políticas en el tiempo; y garantizar que las políticas no sean capturadas por intereses especiales.

Una lista particularmente útil de las capacidades estatales es la elaborada por Kent Weaver y Bert Rockman (1993):

1. Establecer y mantener prioridades entre las muchas demandas conflictivas que reciben, de modo que no se vean abrumados ni en bancarrota.
2. Dirigir los recursos allí donde sean más efectivos.
3. Innovar cuando las viejas políticas han fracasado.
4. Coordinar objetivos en conflicto en un todo coherente.
5. Ser capaces de imponer pérdidas a grupos poderosos.
6. Representar a los intereses difusos y desorganizados, además de a los más concentrados y bien organizados.
7. Asegurar la efectiva implementación de las políticas gubernamentales una vez que han sido decididas.
8. Garantizar la estabilidad política para que las políticas tengan tiempo de funcionar.
9. Establecer y mantener compromisos internacionales en el ámbito del comercio y de la defensa nacional para garantizar el bienestar a largo plazo.
10. Gestionar las divisiones políticas para garantizar que la sociedad no degenere en una guerra civil.
11. Garantizar la adaptabilidad de las políticas cuando los cambios en las circunstancias así lo requieran.
12. Garantizar la coherencia entre los diversos ámbitos de las políticas, de modo que las nuevas políticas encajen bien con las ya existentes.
13. Garantizar una coordinación eficaz entre los diferentes actores que operan en un mismo ámbito de política.

Nuestro marco asocia la estabilidad de las políticas con la capacidad de los actores políticos para concertar y hacer cumplir acuerdos inter-temporales que permitan preservar ciertas políticas fundamentales (políticas de Estado) más allá del mandato de determinados funcionarios públicos o coaliciones de gobierno.

Silvana Navarro Hoyos Consultoría, investigación y proyectos estratégicos en artesanías

viernes, 12 de diciembre de 2014

EL ATRACTIVO TURÍSTICO DE LA PRODUCCIÓN ARTESANAL

Dentro del entramado de relaciones  que se establece entre artesanos y compradores, es necesario tener en cuenta la atracción que pueden provocar determinados aspectos de la cultura de los primeros; fundamentalmente ciertos elementos tangibles de las artesanías como color, forma, diseño, material, tipo de producción, que de alguna manera, se vinculan al mundo de la comercialización.  Me refiero a esas señas de identidad del producto artesanal, específicas de cada zona, que pueden ser captadas con facilidad por compradores o comercializadores y que muchas veces se utilizan como reclamo para motivar una compra, es decir la idea de que una artesanía puede reforzar el recuerdo de un viaje, o bien el apoyo económico o ideológico a una comunidad o medio ambiente en detrimento.

Ahora bien,  en nuestra sociedad occidental, solamente aquellos factores que se publicitan de manera adecuada llegan hasta el público al que van dirigidos.  Para el caso de la artesanía, sólo algunos productos específicos de cada lugar, de cara a su exotismo o las condiciones de éxito turístico de la zona, son los que habitualmente se promocionan.  Pero hay que considerar que una producción artesanal, bien sea por ser considerada exótica o, por estar vinculada a un destino turístico, posee una serie de elementos patrimoniales característicos que configuran su identidad y, que existen grupos e instituciones que son conscientes de su valor, desean su conservación y proyección tanto para los miembros de la comunidad como para los foráneos.

El visitante de un lugar no busca solo descansar, una buena parte de ellos participa en actividades culturales.  En este sentido los museos, monumentos históricos y parques naturales destacan, en las solicitudes de los turistas, como espacios de interés para cubrir estas necesidades.  En la actualidad, no solo la artesanía como producto sino todo su entorno, talleres, artesanos y técnicas se convierten en un reclamo de los visitantes de un lugar.

El hecho de que un turista conozca el patrimonio cultural puede ser altamente positivo; si además se les ofrece una serie de acciones que potencien la asimilación de ese patrimonio.  Así, se conseguirá, por una parte, que éste grupo de individuos comprenda algunos aspectos de la identidad de sus anfitriones, y por otra, que estos últimos se preocupen por activar y preservar elementos que, en otras circunstancias podrían quedar relegados.

No se debe tomar una posición extrema al considerar que, solo gracias al turismo, se puede recuperar la artesanía como patrimonio (ya que el mantener vivo un oficio artesanal depende de la comunidad productora), pero si hay que afirmar que el turismo es de gran utilidad para lograr este fin.
Será cada comunidad, por si misma, quien tenga que ocuparse de inventariar, catalogar, conservar, transmitir y, en su caso, activar el patrimonio propio.  Esta decisión, que debe depender exclusivamente de los miembros de cada grupo, puede ponerse en marcha con el apoyo económico de instituciones o empresas, privadas o públicas.


Un lugar puede darse a conocer a través de sus elementos patrimoniales dentro de los cuales la artesanía tiene un papel preponderante; así, el turista se llevará la imagen que sus anfitriones le ofrezcan y esto, además de proporcionar un beneficio económico, servirá para reforzar la estima que sobre sus factores identitarios tienen los pobladores.

martes, 2 de diciembre de 2014

DISEÑO Y ARTESANÍA, LÍMITES DE LA INTERVENCIÓN

Existen otros temas, que requieren reflexión en torno a la artesanía latinoamericana, en cuanto que los cambios desarrollados por la globalización se traducen en modificación de los bienes culturales estimulados por tendencias del consumo y moda.  Es en este contexto que aparece la figura del diseñador como mediador entre los dos mundos.

En el mundo de la producción artesanal se producen apropiaciones en ambas direcciones desde la artesanía al mundo del diseño y desde el diseño al mundo de la artesanía. Las tendencias impuestas condicionan al mismo tiempo a productores y consumidores, entrando en un círculo del cual es difícil salir, pero en el cual es notable la colaboración.

Pareciera que no exista conflictos entre innovación y creatividad como caminos para el desarrollo, pero para el caso de la artesanía este discurso se ve influenciado por la notaria introducción de cambios en la producción a fin de optimizarla y serializarla.  En muchas ocasiones el matrimonio entre diseñadores y artesanos da como resultado que el artesano se transforme en un manufacturero a pedido.  Se libera el uso de las técnicas, diseños y símbolos en busca del visto bueno favorecedor del mercado.  Nuevas generaciones de diseñadores se acercan al sector artesanal encontrando posibilidades de desempeño, dirigiendo a los artesanos para sus propios objetivos.  Como resultado el objeto artesanal pierde identidad homogeneizándose por tendencias del mercado. 

Pero en muchas ocasiones para que el objeto artesanal sobreviva comercialmente es necesario la introducción de innovaciones, y su producción seriada, hace que el artesano se convierta en diseñador.  Así vemos que diseñador y artesano en un mundo globalizado tienen un enlace permanente y de auto complemento.

La articulación entre lo tradicional y lo  moderno  se encontrará en el balance del trabajo mutuo.
La cuestión ética en el diseño ha sido debate en los últimos años.  ¿Qué tanto debe intervenir el diseño en los productos artesanales? es la base de la polémica.  De acuerdo al ICSID (Consejo Internacional para las Sociedades e Industrias del Diseño, en su sigla en español) en su código de ética profesional artículo IV afirma:

“Los diseñadores gráficos e industriales reconocen que los ambientes, objetos y servicios creados como resultado de los procesos ayudan a definir la identidad cultural de su nación y sociedad territorial.  Los diseñadores se esforzaran por incluir y llevar más allá las tradiciones culturales de sus pueblos o ciudades incluyendo sus mejores tradiciones, principios y normas.”[1]

Las dinámicas del mercado actual obligan al diseñador a crear productos que deben cubrir un sinnúmero de necesidades, muchas veces superfluas, se trata de un mercado de consumo globalizado donde la cultura o los rasgos de identidad cultural de un producto se desvanecen en pro de aumentar las ganancias de una empresa o grupo determinado y en algunos casos de la búsqueda del reconocimiento internacional del mismo diseñador.

En cuanto a la comercialización de productos artesanales (además de su división tradicional de índole más cultural que comercial en productos en el ámbito latinoamericano, artesanía indígena, tradicional y contemporánea), observamos una clasificación de acuerdo al nicho de mercado al cual quieren acceder.

En el siguiente cuadro veremos un resumen de dicha clasificación, las características de los productos, sus productores, y el nivel de intervención que puede llegar a tener el profesional de diseño.

Tabla 1. Mercado de artesanía y niveles de intervención propuestos para el diseño.[2]




Cuanto más subimos en dirección al nicho de mercado, mayor es el valor cultural de los productos y menor el uso de elementos de mecanización de la producción, y la intervención del diseño industrial debe ser menor.

Lo propuesto en las líneas anteriores hace referencia al comportamiento ético de la intervención del diseño dentro de los procesos artesanales, aunque en algunos casos esto no es tenido en cuenta, y las características de identidad cultural del producto se ven amenazadas.

Llegamos a una cuestión de gran polémica, los productos artesanales deben seguir fabricándose, conservando sus formas y características tradicionales o por el contrario se deben transformar en busca de la satisfacción de necesidades del mercado a fin de alcanzar una mejora económica para los grupos artesanales, al ser los artesanos perteneciente a los estratos económicos de rentas más bajas en Latinoamérica.

No pretendo dar la solución a esta problemática, ni tomar partido sobre mercado o tradición, solo exponer un punto de vista que lleve a la reflexión y de esta forma por una parte concientizar al diseñador sobre su papel de intervención y por otro lado a los comparadores o consumidores sobre la cobertura de sus necesidades con productos artesanales.


[1] ICSID, Código de Ética profesional, 2001
[2] Cuadro propio basado en Eduardo Barroso Neto, Diseño y artesanía: límites de intervención, Brasil, 1999, Revista GDM